La politóloga y docente de la UNPSJB, Analía Orr, habló sobre lo que dejó el Debate 2023 entre los candidatos a Presidente de la Nación. “Hay algo que tiene que ver con la elasticidad del campo de lo decible, qué es lo que se puede decir públicamente y lo que uno espera que sea efectivo en comunicación política”, manifestó.
En este sentido, señaló -en diálogo con Radio de Camioneros– que “los debates son una instancia que procura ofrecer información para que la gente pueda decidir mejor su voto”.
“Pero no siempre es decodificado de esa manera por la ciudadanía, quizás se espera algo más de entretenimiento, que se discuta más”, dijo.
Asimismo, aclaró que “creo que hubo algo de decepción por el rendimiento de Milei, como que esperaban más. Por otro lado, hubo sorpresa del candidato oficialista”.
“Hay algo que tiene que ver con la elasticidad del campo de lo decible, qué es lo que se puede decir públicamente y lo que uno espera que sea efectivo en comunicación política”, indicó.
En este marco, destacó que “tenemos un discurso negacionista, contrario a lo que se ha trabajado en los últimos 40 años sobre como interpretamos nuestro pasado. Un discurso que rompe todo eso y aun así no es la primera vez que lo dicen”.
“Los formatos de los debates tienen muchas reglas para que haya consenso y todos asistan. No tanto de discusión como espera la ciudadanía porque incluso las réplicas estaban medidas”, expresó.
A su vez, añadió: “Lo que podría ser útil es la distribución de las réplicas a lo largo de todo el debate porque de nada sirve acumularlos en un eje y se confunda la comunicación. Cuando hay tantas réplicas se pierde cómo venía la conversación”.
“Le preguntaría a las audiencias si encontraron lo que fueron a buscar. Porque un candidato como Milei que tiene un recorrido sensacionalista estuvo -en la primera parte- muy medido. Hay una cierta decepción, no estuvo tan picante como se esperaba”, aseveró.
También remarcó que “el que pone un horizonte de futuro, nos guste o no el contenido, es efectivamente Javier Milei. No se puede obstruir la posibilidad de que uno se exprese a menos que se pare a insultar al resto”.
“Lo que está en juego es el futuro, porque esa visión del pasado funda el futuro, no se trata solamente de lo que pasó hace 40 años. Se trata de cómo esa relectura del pasado funda una proyección del futuro”, concluyó Orr.