Después de cuatro meses consecutivos de mejora del estado de ánimo de las familias, en línea con la desaceleración de la inflación y la mejora de las jubilaciones y promedio de salarios, en particular a partir de abril, en junio el Índice de Confianza del Consumidor de la Universidad Torcuato Di Tella acusó una caída de 2,8%. Es la segunda baja en el año.
Al parecer, el detonante fue el repentino cambio de expectativas en los mercados financieros y cambiarios en respuesta a las modificaciones cambios fundamentales que introdujo la Cámara de Senadores a la propuesta del Poder Ejecutivo de Ley Bases y Paquete Fiscal, porque se estimó alteraba las perspectivas de continuidad de los logros del Gobierno en las finanzas públicas y mejora de la hoja de balance del BCRA.
A ese cuadro se sumaron la difusión de datos oficiales y privados de contracción de la actividad productiva y comercial, que contrastaron con la evaluación favorable que hizo el FMI en su octava evaluación del cumplimiento de las metas macroeconómicas del primer y segundo trimestre, y en particular con la proyección de reactivación a partir de los últimos meses del corriente año, así como la buena noticia de singular desaceleración de la inflación en mayo, de 8,8% en abril a 4,2 por ciento.
La generalización de críticas de economistas de renombre a la decisión del equipo económico de sostener el ritmo de devaluación a una tasa de 2% mensual, porque consideran agrava el supuesto atraso cambiario y se manifiesta en el rápido debilitamiento de la capacidad del Banco Central de acumular reservas, junto a las demandas de levantamiento del cepo, en contraste con la cautela que mantiene el Gobierno, fueron otros de los factores que se trasladó al deterioro del humor de las familias.
El Índice de Confianza del Consumidor que es elaborado para el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella por Poliarquía Consultores, a partir del sondeo de opinión en 40 aglomerados urbanos de todo el país, registró en junio la segunda baja del año -la anterior fue en enero cuando la inflación se mantuvo arriba de 20%- no fue generalizada: subió 4,33% en el Interior del país y cayó 3,83% en el Gran Buenos Aires y 14,04% en CABA, siempre respecto de los índices de mayo.
“A diferencia de mayo, este mes se observan caídas en los subíndices de Situación Personal y Situación Macroeconómica (2,3% y 8,93%, respectivamente). Sin embargo, el subíndice de Bienes Durables e Inmuebles continúa en ascenso, con un incremento mensual de 16,7%”, destaca el análisis de la casa de altos estudios a cargo de Sebastián Auguste de los datos recolectados entre el 3 y 11 de junio.
“Otro aspecto diferencial respecto a los pasados meses es que las Condiciones Presentes aumentan 10,64%, mientras que las Expectativas Futuras se contraen 7,72%”, agrega Auguste, en contraste con las previsiones del consenso de los economistas, y en particular del FMI.
En la comparación interanual, el índice de junio de 2024 del ICC se encuentra 10,91% por debajo, con claras diferencias por subíndice: cae 0,68% para Situación Macroeconómica, baja 2,64% para Situación Personal, y se profundiza a 38,58% para Bienes Durables e Inmuebles.
En este último subrubro también se advierte un contraste entre el receso que afecta a la industria automotriz que llevó a paradas de plantas y reducción de turnos con el dinamismo que adquirió el mercado inmobiliario, tanto en el segmento de los alquileres con la desregulación, como más aún en las operaciones de compraventa que registraron en el caso de CABA el mejor mayo de los últimos seis años.
Balance parcial de gestión
En el período de 7 meses de gobierno de Javier Milei el ICC acumula una caída de 21,6% en el índice general, pero con notable brecha entre los diferentes índices: la Situación Personal bajó 12,5%, la percepción macroeconómica disminuyó 19,5%, y las decisiones de compra de bienes durables se derrumbaron 39,4 por ciento.
En el caso regional, la baja también fue generalizada, aunque también con notable brecha. Se desagregó en 30,9% en el área del Gran Buenos Aires; 23,1% en CABA y 4,2% en los aglomerados urbanos del interior del país.