El investigador del CONICET y Presidente de Global Penguin, Pablo Borboroglu, habló sobre el fallo que declaró culpable a Ricardo La Regina por la muerte de pingüinos en Punta Tombo. “El fallo es muy claro, si sos dueño de la estancia no sos el dueño de la fauna y la flora. A todos los que aportamos y atribuimos nos atacaron y nos intentaron agraviar, a mí me importa la fauna y me importa colaborar con la justicia”, aseveró.
En este sentido, señaló -en diálogo con Radio de Camioneros– que “en noviembre del 2021 -plena época de pingüinos- me convoca el ministro de Ambiente de Chubut por lo que había pasado en Punta Tombo”.
“Al arribar al lugar empezamos a hacer la inspección ocular para ver qué había ocurrido exactamente”, dijo.
Asimismo, aclaró que “el Gobierno luego de tener una reunión decide hacer la denuncia, en mi caso participo como experto técnico en pingüinos”.
“Asistí a varias visitas y en cada una teníamos información distinta con pruebas fílmicas. Fuimos midiendo y determinando el campo afectado”, indicó.
En este marco, destacó que “eran cuatro las áreas afectadas, un total de 2.500 metros cuadrados de colonia, 175 nidos destruidos de los cuales 35 tenían huevos de pichones adentro. Cualquier persona puede ver los detalles en la página de la Justicia”.
“La huella de la topadora va por encima del nido y observamos que eso causó el colapso del mismo, tapó a los pichones que habían muerto recién”, afirmó.
“El 26 de noviembre a la mañana pasó el satélite por la zona y estaba en perfectas condiciones, nosotros pasamos a la tarde y nos encontramos con los nidos destruidos. Los pichones murieron porque fueron tapados por la tierra al pasar la rueda por la entrada del nido”, expresó.
A su vez, aseveró: “En una zona que se acreditó que fue destruida el 26 de noviembre a la mañana con adultos, pichones y huevos se pasó 15 veces la topadora arrasando todo y apilando todo en un terraplén”.
Por otro lado, el investigador del CONICET y Presidente de Global Penguin, testificó: “El fallo fue por unanimidad, las pruebas son contundentes. La defensa no aportó ningún informe técnico. Hasta los testigos que presentaron colaboraron con la acusación”.
“El doctor Ruffa puede decir lo que quiera, yo soy técnico científico y aporté a la justicia porque fui convocado. Por momentos yo estaba más atacado que el imputado porque no tenían para debatir la evidencia, mi trabajo es profesional”, resaltó.
“El fallo es muy claro, si sos dueño de la estancia no sos el dueño de la fauna y la flora. A todos los que aportamos y atribuimos nos atacaron y nos intentaron agraviar, a mí me importa la fauna y me importa colaborar con la justicia”, explicó.
“En Argentina estamos huérfanos de legislación en delitos ambientales”, expuso.
También, confirmó que “se necesita un fuero con perspectiva ambiental, la fiscal se tuvo que valer de la ley de maltrato que tiene como un siglo. Necesitamos que se saquen leyes aggiornadas que protejan los valores, no es solo lo lindo que es el pingüino”.
“Desconozco si hay algo atrás con los bonos verdes, cada uno puede opinar lo que quiera porque fue mediático. Yo trabajo hace 35 años con pingüinos, tengo una trayectoria y las especulaciones me son totalmente ajenas”, concluyó Borboroglu.