A Alberto Fernández le queda poco más de dos semanas al frente del Gobierno argentino. Su estadía en la Casa Rosada llega a su fin luego de cuatro años marcados por una pandemia, una guerra y una sequía, pero también por indicadores económicos que, en su mayoría, empeoraron respecto de la gestión que recibió de Mauricio Macri, principalmente la inflación, cuyo índice creció notoriamente.
Después de una campaña electoral caracterizada por el silencio del mandatario, tras el triunfo de Javier Milei en el balotaje del domingo, Fernández retomó sus apariciones públicas, dispuesto, tal vez, a hacer su balance de lo que fue su gestión como presidente. Y, en ese marco, admitió algo que era un secreto a voces: su relación con la vicepresidenta Cristina Kirchner está lejos de ser la ideal.
Tras recibir al presidente electo en la Quinta de Olivos, Fernández dio una extensa entrevista con el periodista Oscar González Oro para El Observador en la que negó que no haya escuchado a Cristina Kirchner, tal como la ex mandatario dijo públicamente hace algunas semanas.
“Son públicas y notorias las diferencias que hemos tenido (con Alberto Fernández) desde el 2020… cuando dije que era necesario alinear precios, salarios, tarifas y jubilaciones, pero no fui escuchada”, dijo el 22 de octubre la vicepresidenta tras emitir su voto en las elecciones generales de aquel domingo. “En un país de carácter presidencialista como este, está claro que el que decide siempre es el Presidente. Yo creo que mis gobiernos fueron muy bien recordados, tanto que en 2019 nos permitieron ganar en las PASO por más de 16 puntos de diferencia y después por 8. Mirá si me recordarían bien…″, remató visiblemente molesta.
Sin embargo, este miércoles Alberto Fernández rechazó esa afirmación, y reveló que está enfrentado con su vicepresidenta.
“Cuando yo asumí, alguien me dijo, voy a preservar su nombre, alguien me dijo ‘mirá, vos vas a a enfrentar un tiempo difícil. Los años de Macri fueron similares a los de la Revolución Libertadora. Tuvieron la característica de perseguir y enjuiciar a los opositores. Ahora tu tiempo no va a ser el tiempo de Perón, no. Tu tiempo va a ser el tiempo del tercer Perón, tironeado por la izquierda y por la derecha y te van a tironear. Prepárate para el tironeo. Prepárate’. El que me lo dijo es alguien a quien yo respeto y valoro muchísimo. Y creo que tuvieron una enorme razón. Y él me recomendó que cuente hasta hasta diez para preservar todo esto. Y la verdad es que yo le hice caso. Le hice caso y cada vez que enfrenté esa situación. Conté hasta diez y tragué saliva. Y dije acá lo más importante es que preservemos la unidad para que no entremos en otra nueva frustración Argentina”, comenzó el presidente. Tras afirmar que el todavía oficialismo debe “abrir un debate interno sobre cómo seguir hacia adelante”, arremetió contra aquellos dichos de la vicepresidenta.
“No es que en la coalición alguien no ha sido escuchado, eso es mentira. Lo que es verdad es que alguien no fue obedecido, pero hay momentos en que el presidente decide y no debe obediencia a nadie. Por un lado me piden que sea obediente pero por otro lado me dicen que tenga la lapicera. Ahora, cuando la lapicera firma algo que no les gusta…”, sostuvo.
Y agregó: “Me causa gracia porque los medios argentinos me decían que yo era un títere, pero resulta que el títere es el único que termina enfrentado a Cristina. Muy títere no era entonces. Y la queja de que no me escuchan, no es que no escucho, además me lo dicen por escrito. Oír escucho, lo que pasa es que no siempre estoy de acuerdo. Yo la verdad quería a la Argentina subirle la vara a un montón de cosas”.
Tras repasar varias cuestiones de su Gobierno, el presidente retomó en otra parte de la entrevista su rechazo a las críticas de la actual vicepresidenta que, dijo, “confunde las cosas. Escuchar fue escuchada. Fue escuchada, fue leída, pues mandaba cartas y hacía declaraciones. Y además la escuchaba en privado. Lo que es verdad es que no la obedecía en todo lo que ella hubiera querido que la obedezca, pero no era mi misión obedecerla. Y ella lo supo desde el primer día. Yo no estaba allí para obedecer”.
“No era mi misión obedecerla bien. Y ella lo supo desde el primer día. Lo supo del primer día y además ella tuvo un antecedente conmigo en el 2008, cuando estuve en desacuerdo con la lógica que se había planteado post crisis de la 125. Dije hasta acá llegué y me fui. Y ahí me fui porque yo era un empleado del gobierno, era el jefe de gabinete de un gobierno. Ahora soy el presidente, ahora tengo que quedarme, hacer frente, tomar decisiones y actuar”, añadió.
La gestión económica
“A Alberto Fernández le tocó vivir tiempos muy duros que, además, la gente no pondera adecuadamente. Ha alterado además el estado anímico de toda la humanidad. La pandemia no solo afectó a los argentinos. No es un consuelo. Tenemos 40% de pobreza y recibimos 36. Tuvimos la pandemia, la guerra y la sequía. Y ahora para terminar tenemos la crisis en Israel de los argentinos secuestrados por Hamas”.
“Nunca pensé en renunciar. Dejo una Argentina de pie, andando. Sé que las primeras dos deudas que hay que pagar es solucionar el problema de los ingresos de la gente, porque los salarios están muy deprimidos, y parar la inflación. Es una tarea en la que tenemos que comprometernos todo. Te dejo un país en el que, pese a todo lo que estoy diciendo, en los primeros 8 meses de este año tenemos récord de producción industrial de los últimos 8 años”.
“La verdad me faltó un poco más de suerte porque el mundo se complotó en mi tiempo. Evidentemente, evidentemente nosotros. No hemos podido resolver el problema de la inflación y no hemos podido resolver el problema de los ingresos de la gente. No hemos podido resolverlo”.
Alberto Fernández y Cristina Kirchner, durante la apertura de sesiones ordinarias del Congreso el 1 de marzo de 2023.Alberto Fernández y Cristina Kirchner, durante la apertura de sesiones ordinarias del Congreso el 1 de marzo de 2023.
La renuncia de Martín Guzmán y la efímera gestión de Silvina Batakis
“Guzmán se fue porque él quiso, él decidió irse. Yo puse a Batakis. No tuvo la fortaleza política que necesitaba, no se la dio nuestro espacio, el Frente de Todos. Ahí hubo un palo en la rueda. Ahí llegó Sergio que, con mucho coraje, afrontó el problema. A Martín nunca le hubiera pedido la renuncia. Lo hablé mucho con él. La política también te exige cierta templanza y, en momentos críticos, tragar saliva y contar hasta 10″.
Autocrítica y FMI
“La autocrítica es la que te dije. Yo lo que lamento es no haber podido dar un mayor impulso a la economía argentina, sabiendo que le he dado un gran impulso a la economía argentina y no haber podido resolver el problema de la inflación y el problema de los ingresos. Y hubiera querido no tener que soportar los efectos de la sequía porque no tendríamos el conflicto que tenemos hoy con el Fondo”.
“Nuevamente tenemos un conflicto con el Fondo porque objetivamente las condiciones hacen imposible el cumplimiento del programa y el Fondo. Ahí es donde vuelve a demostrar lo que es el Fondo. Yo hice poner en la cláusula de acuerdo que, si por circunstancias ajenas a la Argentina la economía argentina sufría de tal modo que el programa no se podía cumplir, el programa se iba a revisar y hasta Kristalina puso un segundo apartado donde decía sí que en este concepto entraran las cuestiones de cambio climático. Y sin embargo viene la sequía y el Fondo hace de cuenta que no pasó nada. Es un golpe feroz. Son 23 mil millones de dólares que dejaron de entrar a la Argentina. Un golpe tremendo”